De donde puede nacer una esperanza para los Chicos de la Calle
di p. Adrián Bennardis *
Los Chicos de la Calle son dos veces victimas. Por un lado, aparecen claramente como los más desvalidos, son la víctima de una situación de injusticia. Pero al mismo tiempo, son vistos como “peligro para la sociedad. Ellos viven un una orfandad de vínculos, una orfandad de amor y un profundo deseo de tener hogar, de tener familia, de tener casa. Por eso el camino encarnado de la pastoral de la iglesia es la construcción de vínculos familiares, la comunidad se transforma en esa familia.
Reflexiones y experiencias de un Cura Villero del Buenos Aires
Debemos tomar conciencia de que cada chico marginado, abandonado o en situación de calle, con deficiente acceso a los beneficios de la educación y la salud, es la expresión cabal no sólo de una injusticia sino de un fracaso institucional que incluye tanto a la familia como también a sus vecinos, a las instituciones barriales, a su parroquia y a los distintos estamentos del Estado en sus diversas expresiones
Papa Francisco
Muchas veces, en nuestro caminar, nos encontramos un chico, una chica, consumiendo paco en un pasillo, tirado en la calle. Aparece a nuestros ojos, en primer lugar como un problema de consumo. Pero, mirando un poco más en profundidad, vemos que hay un problema de exclusión social grave, y es ahí, donde nos encontramos con tuberculosis, falta de escuela, estudios no terminados, nula capacitación laboral, viviendo en la calle. Mirando en mayor profundidad, mirando lo que dejan de lado las estadísticas, y que es mucho más doloroso, descubrimos una orfandad de vínculos, una orfandad de amor y un profundo deseo de tener hogar, de tener familia, de tener casa. Por eso el camino encarnado de la pastoral de la iglesia es la construcción de vínculos familiares, la comunidad se transforma en esa familia.
La exclusión social atravesó la historia Argentina de las últimas décadas de una manera decisiva. Y ese hecho histórico, tiene sus consecuencias en la vida concreta de las personas, de las familias, de las comunidades. Los chicos de la calle no son una realidad nueva, hubieron en otras décadas, sin embargo lo particular es que en la crisis del año 2001-2003 dos tercios de los hogares eran pobres. Y la mayoría de los pobres eran niños. Aquellos niños pasaron etapas centrales de su crecimiento y formación en situación de extrema pobreza. Si bien se desarrollaron políticas sociales de reparación a las políticas neoliberales, tenemos estructuras familiares que se vieron afectadas de una manera irreparable, hay generaciones de “analfabetos laborales”. ¿cómo compensar esas carencias sociales?. Y a esta realidad compleja, se agrega que las cifras estadísticas de los últimos tiempos indican un aumento de la pobreza (32%) y la indigencia (6%). Por esa razón el cardenal primado de la Argentina, arzobispo Mario Aurelio Poli, dijo en la ceremonia de las fiestas patrias de la revolución de mayo de 1810: "Comparto que muchos pueden pensar que no hay motivos para hacer fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna. Las estadísticas veraces son muy buenas porque nos advierten dónde estamos parados y nos animan a encarar soluciones. No obstante, los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias que sufren la postergación y el desánimo, eso sólo se supera con la cercanía fraterna y cordial de otro argentino", agregando que …. Dolorosamente aprendimos en nuestra historia que la inequidad genera violencias".
Cada vez que las cifras de pobreza crecen, crece la exclusión y crece la orfandad, y con ella la vulnerabilidad de los chicos y chicas. Algunos datos, tomados del informe sobre “Infancia con derechos postergados”, Observatorio de la Deuda Social, UCA (2015):
1- Un 42% de la infancia y adolescencia reside en viviendas con problemas de saneamiento (no accede en su vivienda a cloacas, o a la red de agua corriente, y/o no tiene inodoro con descarga de agua).
2- El 23% de los adolescentes se encuentra en situación de déficit educativo (no asiste o lo hace con sobreedad). El déficit es del 40% en el estrato social muy bajo y del 35% en villas o asentamientos urbanos
3- En 2015 el 49,9% de la infancia y adolescencia urbana en la Argentina vivía en un medio de vida insalubre, tanto por problemas de contaminación ambiental como a consecuencia de la cercanía de fábricas y/o basurales, proximidad a lugares de quema de basura o existencia de plagas.
4- La situación de inseguridad alimentaria afectaba en 2015 al 19,5% de la infancia y adolescencia urbana y al 7,7% en niveles graves.
5- En 2015, La situación de hacinamiento afectaba al 18,5% de los niños, niñas y adolescentes.
Existe un consenso que los niños, niñas y adolescentes son las poblaciones más afectadas en los ciclos económicos recesivos, dado que no solo afectan las estrategias de sobrevivencia de los hogares, sino que adicionalmente se ven empobrecidas las estructuras de oportunidades como una consecuencia de una menor inversión del Estado en educación, salud, infraestructura pública entre otros servicios imprescindibles para el desarrollo humano y el efectivo ejercicio de los derechos de la niñez y adolescencia. Por eso es que son claves las políticas publicas protectoras de las estructuras de oportunidades, especialmente orientadas al desarrollo humano y social de las infancias. ES preciso una presencia constante y estable de políticas a favor de la niñez y adolescencia. La falta de mirada a mediano y largo plazo en las políticas públicas de niñez y adolescencia es una forma de no respetar los derechos de los niños y niñas. La exclusión social es una de las forma de violación de los derechos humanos, sobretodo cuando estamos hablando de niños.
Como un camino paralelo al aumento de la pobreza, fue reapareciendo en los últimos meses una mirada y un discurso estigmatizante para nuestros chicas y chicos más pobres. El punta pie inicial se produjo, paradójicamente, en nochebuena del año pasado, justamente la fecha en que los cristianos celebramos que el Dios de la Vida eligió hacerse niño. En la villa más grande de la ciudad de buenos aires fue detenido un muchacho menor de edad, extranjero acusado de asesinar de un balazo, a otro menor, un crimen que derivó en una pueblada vecinal. A partir de ese hecho se sucedieron nuevos hechos delictivos con menores involucrados que fueron ampliamente cubiertos y expuestos en los medios graficos y audiovisuales, incluyendo la detención de un niño de 8 años (que luego fue liberado). En ese contexto los ministros de Justicia y de Seguridad de Nación, lazaron la iniciativa de bajar la edad de imputabilidad a 14 años en el marco de una necesaria reforma del sistema penal juvenil.
Desde que lugar hablar de los “chicos de la Calle”, desde que lugar hablar de las vidas de nuestros pibes y pibas, tal vez, sea necesario, tener claro que es preciso darnos cuenta que no es una cuestión de sacar una fotografía, sino de mirar un camino, de mirar y acompañar cada historia. En uno de los salones de la parroquia, entre mate y mate Ezequiel (un joven que paso su niñez, entre la casa, los institutos de menores y la calle) abre su corazón, “entre un monton de veces padre, la primera fue por robo, dure un día, después caí algunos meses, salí en noviembre y en marzo caí de nuevo. Estuve 4 veces en el San Martín, una vez en el agothe y dos en el Roca. …y despues de grande pasé por Marcos Paz (la carcel), en el pabellón joven y por Devoto. Los institutos te hacen remaldito padre, sino padre, sino te haces respetar, perdiste padre. Cuando sos pibe, te verduguean por todo, y vos tenés que pelear. .., no pensas. … Y ahí te endureces. El corazón se te endurece, no sentís …. Ahora siento”. Hoy ya tiene 26 años, ya es papa, su mirada cambia cuando habla de sus hijos, y lucha dia a día para salir del consumo, forma parte de una comunidad de fe y vida, tiene una familia grande que lo acompaña.
La construcción es comunitaria. Es una comunidad que se pone de pie, frente a la realdiad de exclusión de sus pibes y pibas. Entre los días 19 y 20 de mayo, en Buenos Aires, se produjo el primer Foro del Jovenes de los Barrios, en el marco del encuentro “No mas Chicos descartables- Construyendo Esperanza”, y los jóvenes dijeron: “Nosotros los jóvenes de las villas y de barrios de la ciudad y del conurbano: Somos jóvenes que, a pesar de las dificultades, luchamos por un barrio mejor, tenemos objetivos, nos comprometemos con el otro y la comunidad, tuvimos la gracia de Dios de que confiaran en nosotros. Nos sentimos acompañados, y sentimos el compromiso y la alegría de devolver lo aprendido. Pasamos por experiencias que nos hacen entender el dolor de ellos y las faltas de ellos, por eso nos hermanamos.
Estamos en los clubes o actividades deportivas, en los movimientos infantiles y juveniles, en las escuelas, en las murgas, Hogares de Cristo, talleres culturales, visitamos cárceles, damos catequesis y demás actividades parroquiales y sociales. Creemos que hay Vida donde estamos nosotros, y si bien pasan cosas malas también hay muchas cosas buenas y mucha gente y jóvenes trabajando. Los invitamos a que vengan y participen de las actividades de los barrios, que vean lo que hacemos, …. “ (Fragmento del documento elaborado por el “Foro de Jóvenes de las Barriadas y Villas” –)“
Ambigüedad de la realidad de los pibes y pibas de calle, o en situación de calle o que están viviendo en calle o que transitan la calle: por un lado, aparecen claramente como los más desvalidos, son la víctima de una situación de injusticia. Pero al mismo tiempo, son vistos como “peligro para la sociedad, para muchos constituye un estorbo o que sus changas al menos son contravensiones.
* nota sull'autore
Cura Villero (Villa 3 y Barrio Ramón Carrillo, Buenos Aires)