Brochero, sacerdote Santo
di Mons. Santiago Olivera *
Credits: Infobae (pintura de Enrique Breccia)
Conocer sirve para amar, sabemos que no se puede Amar aquello que no se conoce. ¿Cómo estaba y cómo era la tierra donde llegaba el joven sacerdote Brochero? ¿Cómo era su gente? Estas respuestas las encontramos en las siguientes líneas. Solo el Cura Brochero, al ver su tierra desde las Altas Cumbres dijo "aquí está todo por hacer". Vivir en estas tierras configura un modo de ser. Brochero amó a su gente, las entendió, se encarnó. Las conoció y Amó hasta el extremo.
Pero ¿Quién es Brochero? San Juan Pablo II, supo decir el Santo Cura de Ars argentino. Hoy decimos también, “un Buen Pastor con olor a oveja”, un Evangelizador, un cura salidor, un constructor de la Patria, un incansable apóstol, un amigo de todos…un santo.
El Cura Brochero nació en Santa Rosa de Río Primero, en la Provincia de Córdoba, el día 16 de Marzo de 1840. Al otro día de su nacimiento, fue bautizado.
El 5 de marzo de 1856 ingresó al Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto” en donde recibió su formación sacerdotal, estudiando la filosofía y teología en las aulas de la Universidad de Córdoba
El 4 de noviembre de 1866, con 26 años fue ordenado presbítero por el Obispo José Vicente Ramírez de Arellano.
El 10 de diciembre de ese mismo año, en el Seminario celebra y preside su Primera Misa.
Se desempeñó como Prefecto de Estudios del Seminario y comenzó su vida pastoral en la Catedral de Córdoba.
Recibido de la Universidad de Córdoba de Maestro de Filosofía, fue nombrado ese mismo año 1869 Párroco de San Pedro del Curato de San Alberto. Los que recorremos la zona y los que viven en ella y de largas generaciones vamos sabiendo de qué hablamos, pero creo que a todos nos sirve meternos un poco en esta realidad, idiosincrasia y geografía. Vivir en estas tierras configura también un modo de ser. Brochero amó a su gente, las entendió, se encarnó. Las conoció y Amó hasta el extremo.
Al ver su tierra desde las Altas Cumbres Brochero expresa que está todo por hacer…me gustaría compartir aquí una experiencia, para mi muy honda y gratificante. Mis primeras andadas por tierras serranas. Allí una tarde una comunidad de laicas consagradas, unidas a Brochero y a su obra, me hablaron de la zona y de su gente. Conocer sirve para amar, sabemos que no se puede Amar aquello que no se conoce. ¿Cómo estaba y cómo era la tierra donde llegaba el joven sacerdote Brochero? ¿Cómo era su gente? Ellas supieron responderme estas inquietudes. Y conociendo a su gente y su tierra conocí más este buen pastor que llegó a Traslasierra, y él mismo Brochero pudo profetizar (él llamó pispar) que quedaría para siempre en el recuerdo de sus serranos.
Cuando el Cura Brochero llega a Traslasierra, su sociedad estaba desunida, empobrecida y abandonada por las autoridades. Argentina se estaba construyendo como país y regiones cómo estas, habían sido tenidas en cuenta en la época de los caudillos, sólo para proveer de hombres a sus ejércitos…no contaban sus ideas, sus sueños, ni sus necesidades….Algunos de entre su pueblo vivían lejos de la ley y no pocos con variadas adicciones.
Tuvo una intensa vida pastoral como Párroco de la extensa parroquia que se le confiaba y también otros cargos que supo alternar muy eficazmente. Trabajó para la Construcción de la Casa de Ejercicios en Nuestra Señora del Tránsito, (Hoy Villa Cura Brochero). En el año 1877, Participó del 8º Sínodo Diocesano de Córdoba. En 1881 fue designado Canónigo Honorario por el Poder Ejecutivo Nacional, Presidente de la Escuela Fiscal de Villa del Tránsito. Fue miembro de la Comisión de estudio de un camino que atraviesa las Sierras Grandes. También teniendo en cuenta la belleza del paisaje de su curato, sus sierras y ríos, supo preparar a los serranos para la “industria del turismo” creando así fuentes de trabajo. Son innumerables las actividades que realiza el padre Brochero, pero siempre desde su ser sacerdotal.
Su obra cumbre, sin duda, que plasmó como Monumento de su “celo pastoral” fue la Casa de Ejercicios. Desde su tiempo de seminarista entendió por su propia experiencia que el encuentro con Jesús transforma la vida y el ambiente. Quiso llevar a sus fieles al encuentro con Jesús desde esta experiencia de retiro y oración convencido que su pueblo, su gente, Traslasierra cambiaría. El progreso moral de sus fieles como él deseaba se daría desde el encuentro con Jesús. Fue un hombre de las periferias, salía con su mula Malacara buscando rancho por rancho a su gente para hablarles de Dios y para invitarlos a los “baños del alma” como le gustaba llamar a los Ejercicios Espirituales.
Fue párroco, por lo tanto bautizaba, predicaba, enseñaba el catecismo, (la doctrina) confesaba, administraba el sacramento de los enfermos, celebraba la Eucaristía y rezaba, rezaba su breviario y su Rosario. Entendió el sacerdocio hasta el fin y con pasión, por eso pudo decir, en la carta que el 2 de febrero de 1907 le dirigió al Secretario del Obispado Padre Eduardo Ferreira:
“ Yo me felicitaría si Dios me saca de este planeta sentado confesando y predicando el Evangelio".
En su ministerio sacerdotal, buscó a todos. Se acercó a los que más sufrían. Consoló y asistió a los enfermos.
El tiempo previo, su vida, fue fecunda. La carta que le ha escrito el 28 de octubre de 1813 desde el Tránsito a su amigo del seminario, en ese tiempo ya Obispo de Santiago del Estero, muestra el alma y la riqueza del padre Brochero, muestra la riqueza de su misionera y pasión por Anunciar el Evangelio:
Al Sr. Obispo de Santiago del Estero Dr. Yañiz Martín Mi querido:
Recordarás que yo sabía decir de mí mismo, que iba a ser tan enérgico siempre, como el caballo Chesche que se murió galopando; pero jamás tuve presente que Dios Nuestro Señor es y era quien vivifica y mortifica, quien da las energías físicas y morales y quien las quita: pues bien, yo estoy ciego casi al remate, apenas distingo la luz del día, y no puedo verme ni mis manos, a más estoy casi sin tacto desde los codos hasta la punta de los dedos y de las rodillas hasta los pies, y así otra persona me tiene que vestir o prenderme la ropa; la Misa la digo de memoria, y es aquella de la Virgen cuyo Evangelio es: "extollens quaedam mulier de turba ... "; para partir la hostia consagrada, y para poner en medio del corporal la hijuela cuadrada, llamo al ayudante para que me indique que la forma le he tomado bien, para que se parta por donde la he señalado, y que la hijuela cuadrada está en el centro del corporal para hacerlo doblar; me cuesta mucho hincarme y muchísimo más levantarme, a pesar de tomarme de la mesa del altar. Ya ves el estado a que ha quedado reducido el chesche, el enérgico, el brioso.
Pero es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios Nuestro Señor en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida pasiva, quiero decir que Dios me da la ocupación de buscar mi último [m y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo.
No ha hecho así contigo Dios Nuestro Señor, que te ha cargado con el enorme peso de la Mitra hasta que te saque de este mundo, porque te ha considerado más hombre que yo, por no decirte en tu cara que has sido y sos más virtuoso que yo.
Me ha movido a escribirte tal cual ésta porque tres veces he soñado que he estado en funciones religiosas junto contigo, y también porque el 4 del entrante enteramos 47 años a quienes eligió Dios para príncipes de su corte, de lo cual le doy siempre gracias a Dios, a fin de que nos veamos juntos en el grupo de apóstoles en la metrópoli celestial.
J. Gabriel Brochero"
Vivió su Pascua en la Villa del Tránsito tres meses después de esta carta, el 26 de enero del año 1914. Hasta hoy, en la Villa que lleva su nombre, son innumerables los peregrinos que se acercan a venerarlo y a experimentar de cerca la fuerza de su intercesión.
* nota sull'autore
Obispo de Cruz del Eje, Córdoba, Argentina